¿Existió? A dicha pregunta responderemos a continuación:
Amor sagrado y sexualidad
Hay que desprenderse
los prejuicios judeocristianos a la hora de indagar en temas como este. Debemos
recordar que, para el hombre antiguo, el
sexo era una fuente de vida, gozo y
felicidad. Las antiguas culturas tomaban el sexo como puerta de acceso a lo divino.
Era ante todo un acto sagrado.
Inanna-Isthar y la hierogamia
En su aspecto de
divinidad amorosa, Inanna es la protectora de las prostitutas y de los amoríos
extramaritales. Estos no tenían connotación negativa en Babilonia ya que el matrimonio era un
contrato que perpetuaba la familia, pero en el que no se hablaba de amor o de
fidelidad amorosa. El matrimonio sagrado o hierogamia, que se representaba todos
los años en el templo babilónico, no tenía una implicación moral ni era modelo
de matrimonios terrestres, era un rito de fertilidad utilizado con fines
litúrgicos. En él, una sacerdotisa que
representaba a la diosa se unía
carnalmente con el rey que hacía de dios durante el rito. Prácticas religiosas como estas son las que
quizás llevaron a algunos autores a creer en la existencia de la prostitución
sagrada.
- ¿Existió la prostitución sagrada?
Según
recientes estudios y, según la tesis de la profesora Ana María
Vázquez Hoys, la prostitución sagrada no existió
realmente. Se debió a malentendidos como
los expresados por Heródoto al encontrarse con costumbres ajenas a su cultura.
La griega era una sociedad mucho más represora respecto a los placeres del sexo,
sobre todo cuando se refería a los de
las mujeres, y quizás simplemente la mayor libertad de las féminas orientales
las hizo ver como prostitutas a sus ojos. Este problema lo encontramos también
cuando hablamos de bailarinas y otras mujeres solteras que no estaban
controladas en principio por un hombre.
Lo
dicho con Heródoto demuestra que tenemos un problema con las fuentes. Hay
pocas, tardías y ajenas a la cultura local.
Y,
cuidado, prostitución profana la había en la antigüedad. Hay pruebas de burdeles en Roma, e incluso se
conocen los precios que se cobraban por servicios concretos. Pero la cuestión que tratamos aquí es si había
prostitución sagrada, es decir, si las mujeres, sacerdotisas o no, en nombre de
una divinidad aceptaban dinero a cambio de servicios sexuales ofrecidos en el templo.
Es
interesante recordar en este momento el pasaje en el que una sacerdotisa es
enviada a civilizar mediante el sexo a Enkidú en la epopeya de Gilgamesh. En
muchas traducciones se habla de ella como prostituta, en otras como
sacerdotisa. ¿Sería una prostituta sagrada entonces? No podemos clasificarla,
lo que sí podemos ver es el respeto que se tenía en esa sociedad al sexo y la
mujer como civilizadora que atrae al hombre primitivo hacia la vida de la
ciudad. El sexo sagrado eleva al individuo y le permite formar parte de la
comunidad.
- ¿Mito historiográfico?
La
prostitución sagrada sería por tanto un mito historiográfico, esto es, una idea
que se repite en manuales e incluso artículos científicos, pero que nunca se
demuestra con datos fiables. Es un tema
morboso, especialmente proclive a fantasías, un tema que genera curiosidad,
pero en el que no se entra en detalle y, de hacerse, se hace con errores o
miradas equívocas sin comprender la
sociedad de la que se parte; una sociedad que tenía, como nos recuerda el poema
Gilgamesh, en gran estima al sexo como acto civilizador.
Fuentes:
Ana María Vázquez Hoys.
Profesora Titular de Historia Antigua en el Departamento de Historia Antigua de la UNED desde 1984. Doctora en Historia Antigua.
Profesora Titular de Historia Antigua en el Departamento de Historia Antigua de la UNED desde 1984. Doctora en Historia Antigua.
Epopeya de Gilgamesh
Fotografía de Isthar: seriykotik1970
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