Cultura, época y religión han afectado a la sexualidad durante
toda la historia. La religión ha condicionado las relaciones de pareja y definido
qué es pecado y qué no. Durante el medievo asistimos a una progresiva tendencia de la Iglesia a regular
la sexualidad. Los clérigos, de forma gradual, se van convirtiendo en
consejeros morales. Se presentan con el objetivo de acabar con determinadas prácticas,
muchas heredadas de la antigüedad, y establecen castigos y penitencias a los infractores.
A través de sucesivos concilios imponen
y determinan lo lícito y lo ilícito dentro de su concepción de la moralidad.
Eso sí, una cosa son las directrices y otra la realidad de la época. Existen
registros de numerosos juicios y sentencias sobre sexualidad y recordatorios
sobre el pecado, lo que demuestra que no se cumplía muy bien lo que la Iglesia
buscaba. Es más, ni los propios religiosos cumplían algunas directrices.
4º Concilio de Letrán (1215) y el matrimonio sagrado
En este concilio se decide santificar el matrimonio. Se convierte así en un rito católico sacramental, una unión
indisoluble. Esto tiene dos objetivos para la Iglesia: ordenar y alejar anteriores
prácticas no deseadas y limitar las libertades. El matrimonio debe convertirse
en el pilar: la base que mantendrá el orden y la moral. Todo lo que quede fuera del matrimonio será
pecaminoso. Para la Iglesia el objetivo es la cohabitación de hombre y mujer,
una cohabitación que debe ser
constatable, sagrada, demostrable. Lo importante es la reproducción, traer
fieles al mundo; el goce no entra en su ecuación.
Pese a todo ello, los
métodos anticonceptivos se usaban, tanto por economía (no poder mantener una
familia muy numerosa), o problemas de salud de la mujer. Estos eran el coitus interruptus, pociones, ungüentos y brebajes con hierbas para
eliminar deseo, los condones (que ya
existían desde la antigüedad) o esponjas (bolas de algodón y lana insertadas en
la vagina), también las supersticiones como
llevar un amuleto, aunque estas últimas de dudosa eficacia, claro.
En la próxima entrada veremos qué fórmulas existían fuera del matrimonio.
Fuentes:
Luis Tudela Villalonga. Profesor de la UNED en la sede de Baleares.
Imagen: Cristo de San Clemente de Tahull
Imagen: Cristo de San Clemente de Tahull
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