lunes, 5 de septiembre de 2016

La mujer en el pensamiento de Simone de Beauvoir (II)

La mujer rota El segundo sexo. (II)


 A Sartre se lo conoce como el filósofo de la libertad, también de Beauvoir valora ante todo la independencia y la vida libre de opresión.  
La mujer necesita un trabajo remunerado, una economía propia para ser libre. También Virginia Woolf lo defendía en su célebre trabajo Una habitación propia. Ya en esa obra veíamos la demostración de que si no ha habido más mujeres geniales no ha sido por una característica femenina inmutable que las haga menos capaces sino por las complicaciones sociales que se le imponen a una por nacer mujer: la falta de autonomía, de espacio y tiempo para sí misma.

De Beauvoir conecta con la ilustración, con los valores de la revolución francesa, con la reivindicación de Woolstonecraft en Inglaterra y la de Olimpia de Gouges en Francia por los derechos de la mujer.  

La ilustración será rechazada por muchas voces que han visto las tragedias a las que llevó la razón: a la guerra, al horror, pero hay una cara de luz también en la razón y esa conecta con los logros de los grupos oprimidos como es el caso de las mujeres. De Beauvoir se muestra optimista y creyente en las enormes bondades de la educación y el trabajo emancipador.  
En la época de Simone de Beauvoir se consiguieron derechos básicos como el voto para las mujeres en algunos países, pero no fue suficiente. Las mujeres siguieron siendo tratadas como  “el Otro”, ciudadanas de segunda a las que explotar y tratar de forma subalterna y sin voz. (Recordemos aquí también la obra de Spivak: ¿Puede hablar el subalterno?).
De Beauvoir menciona en varias ocasiones la “Dialéctica del amo del esclavo que proviene del pensamiento de Hegel, de la obra “La fenomenología del espíritu”, aunque comenta que la lógica de esta dialéctica no es del todo aplicable a la mujer que vive en comunidad con el hombre y se alía antes con su clase que con su género. Aunque se intenta asimilar la lucha feminista a la del proletariado, el caso es bastante más complejo debido a esa falta de sororidad que genere alianzas entre mujeres de muy diversos ámbitos socioeconómicos.
De hecho, parte de la construcción social de las mujeres realizada por el patriarcado, ha sido exaltar a la mujer como poco dada a la amistad entre ellas mismas.
No obstante, temas como el de una sexualidad libre y el derecho al aborto sí lograrán unir a mujeres de distintas clases sociales en una lucha que les será común. En una entrevista, Simone de Beauvoir comentó que el siguiente tema que podría unirlas sería el de las tareas del hogar y el cuidado de los hijos que deben ser compartidas de forma simétrica entre la pareja.  

En su literatura, de Beauvoir nos muestra ejemplos de vidas de mujeres. En “La mujer rota” tenemos tres historias de mujeres que abordan temas como la pareja, el matrimonio, la incomunicación, el camino a la vejez, y los hijos. Los temas existencialistas se unen a las problemáticas propias de las mujeres de una determinada edad y estrato social.  
En la última historia que da título a este libro, la mujer lucha contra un mundo que se le derrumba, a lo que se une el vacío que una esposa abnegada siente al conocer las mentiras e infidelidades de su esposo, el llamado “síndrome del nido vacío” se vuelve insoportable para ella.
   
El arquetipo del ángel del hogar, tan valorado en el siglo XIX, permanece en el siglo XX, al igual que el de la “femme fatale”. Ambas mujeres son representadas en esta historia. El marido se siente abrumado ante la decisión entre la mujer entregada que cuida su hogar y la libre, profesional, seductora por la que siente fascinado.  
La protagonista ha entregado su vida, su juventud a ser madre y esposa y ahora, con cuarenta y cuatro años se ve abandonada y no le queda nada. No existe fuera de su papel de madre y esposa. Ha asumido un rol dependiente de otros y no tiene identidad ni proyectos propios.
De hecho lo que más le duele es que su marido plantee que ha sido mala madre. De sentirse orgullosa de sí misma pasará a sentirse fracasada. Sus hijas representan en el libro dos roles en paralelo a los de la protagonista y a la del amante. Una de las hijas elige la vida doméstica (pese a tener un intelecto suficiente como para haber sido una profesional autónoma) y la otra se va a EEUU para ser independiente, como lo es la amante del marido. Esta hija no obstante  vive una vida algo frívola y agria en la que rechaza toda noción de amor o de pareja.  

El pensamiento de Beauvoir expuesto en “El segundo sexo” se dispone en esta novela corta en forma de diario. Los modelos de mujer plasmados en el ensayo aparecen encarnados en diversos personajes. Vemos la importancia de la educación, del trabajo para ser autónoma más allá de la pareja. En cierta forma los dos libros se refuerzan y es útil leerlos juntos.

El pensamiento de Simone de Beauvoir cambió radicalmente la vida de la mitad de la población desde el siglo XX hasta el día de hoy y seguirá influenciando a todas las generaciones futuras.
 El feminismo ha cambiado el mundo en todas sus esferas, privadas y públicas y ha generado numerosas acciones artísticas. Para un amante del arte es imprescindible conocer la historia del feminismo y de sus pensadoras fundamentales como es el caso de Simone de Beauvoir.


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